El continuo escrache
mediático-político-judicial del fascismo sobre nuestro compañero Francisco
Fernández, capitoste sindical de AndalURSSía, ha hecho que éste, agotado y con
serios quebrantos de salud, haya decidido renunciar a todos sus cargos y seguir
trabajando por la revolución desde un humilde puesto de militante de base.
Loor y gloria a este mártir
progresista, ejemplo para la juventud menchevique. De las infamias vertidas
contra él, como gestor de los dineros públicos, la Historia le absolverá.
Transformó el dinero público en puestos de trabajo con tanta eficacia que hasta
sus naturales enemigos, los empresarios del sector hostelero y de regalos para
empresa, aún lloran por tan sensible pérdida.
Y el P3, reconociendo la ejemplar
trayectoria del compañero Paco (por favor, no confundir ni con el Papa ni con
el dictador Franco), pone al alcance de sus militantes y simpatizantes la
posibilidad de emularle a través de un emocionante videojuego: Grand Theft
Syndicate: Sevillagrad.
Te meterás en la piel de un joven
sevillano víctima de una rara enfermedad: una alergia total y absoluta hacia
cualquier tipo de trabajo, por lo que serás marginado por la sociedad, que te
considera un vago integral. Con tu contador lleno a rebosar de puntos de odio
hacia la burguesía y el clero, serás admitido en un reputado sindicato
menchevique. Desde este momento, tu vida tiene sentido y un objetivo a
alcanzar: con fervor apostólico y deseoso de desvivirte por los más
desfavorecidos, lucharás ferozmente por convertirte en el capo di tutti capi
del sindicalismo menchevique andalusí.
Desde el primer momento el
sindicato te encomendará una serie de misiones. El cumplimiento de las mismas
mantendrá alto tu contador de puntos de odio: vigílalo constantemente, porque
si alcanza un nivel críticamente bajo te aburguesarás y, automáticamente, serás
expulsado del sindicato y supondrá el fin de tu prometedora carrera. En el
transcurso de estas misiones, si tienes la oportunidad de quemar cualquier
iglesia, convento o antro de superchería clerical impunemente, no te prives.
Estas acciones te darán puntos de fama, que podrás hacer valer a la hora de los
ascensos o canjearlos por copas gratis en la caseta de la Feria de Abril que
monta tu sindicato.
Al principio se te encomendarán misiones
sencillas: ensobrar panfletos, repartir propaganda sindical, pegar carteles,
participar en pintadas y algaradas, quemar neumáticos en las carreteras,
enfrentarte a la policía y formar parte de piquetes informativos, bajo la más
estrecha supervisión de tus jefes inmediatos. El cumplimiento de los objetivos
asignados hará que seas propuesto para tus primeros ascensos. Para acceder al
siguiente nivel deberás superar los cursillos de formación que da el sindicato:
guerrilla urbana, persuasión sindical y piqueterismo recreativo.
Superado el cursillo asumirás el
mando de tu propio piquete y se te encomendarán misiones más difíciles y peligrosas:
organizar, entrenar y adoctrinar a tu comando piquetero para luchar sin desmayo
contra las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado cuando la lucha
revolucionaria lo requiera, reclutar nuevos adeptos, recaudar cuotas
sindicales, hacer listas negras de enemigos del progresismo y velar por la
seguridad de quienes están por delante de ti en el escalafón del sindicato. Si
en el transcurso de estas misiones encuentras motivos para delatar a un
superior tuyo no vaciles: cuanto antes se produzcan vacantes en los cuadros de
mando del sindicato antes podrás ascender y ocupar el lugar que mereces.
Tu buen hacer te traerá, como
recompensa, un nuevo ascenso; esta vez a puestos de responsabilidad con acceso
al dinero público. Nuevamente tendrás que superar los preceptivos cursillos de
formación: negociación de EREs, contabilidad creativa, protocolo socialista,
falseamiento documental, gastronomía menchevique, organización de eventos y
amedrentamiento de proveedores; que te capacitarán para un correcto desempeño
de tus funciones.
En este nuevo nivel deberás
gestionar el dinero público conforme a los principios establecidos por la doctrina
Calvo: el dinero público no es de nadie. Y deberás ser astuto y sagaz; como el
dinero público no es de nadie, será para el primero que le eche mano. Aquí
tendrás que anticiparte a otros compañeros tuyos ansiosos de gestionar, de
manera genuinamente socialista, todo ese dinero. Así que pilla todo lo que
puedas y organiza congresos, banquetes, fiestas y saraos varios, siempre con la
finalidad de defender a la clase proletaria, con profusión de mariscos y vinos
selectos; agasaja a tus invitados con regalos dignos de su alcurnia; mete
subrepticiamente a personajes influyentes en las listas de los EREs y
relaciónate estrechamente con las autoridades de la Junta de AndalURSSía para
obtener subvenciones sin justificación, que para eso somos socialistas y a santo
(laico) de qué tenemos que dar explicaciones.
Pero no te creas que todo es
coser y cantar. Desde los primeros niveles tus enemigos harán todo lo posible
porque fracases. La policía es fascista (la guardia civil no digamos) y te
hostigarán, golpearán y detendrán (si pueden) cuando desarrolles tus pacíficas
labores piqueteras. Muchas misiones tuyas exigirán que te infiltres en
territorio enemigo: cuidado con las bandas callejeras de liberales y
conservadores, que intentarán acabar contigo hablándote de derechos
fundamentales, separación de poderes y otras memeces burguesas. Cuando tengas
que entrar en el territorio controlado por otro sindicato asegúrate de tener
los permisos correspondientes: estos compañeros son muy susceptibles y podrían
tomárselo a mal, especialmente los muchachos del sindicato agrario del camarada
Gordillevsky, que tienen muy malas pulgas. En los niveles intermedios,
periodistas malintencionados y lenguaraces intentarán desacreditarte con todo
tipo de falsedades, pervirtiendo el lenguaje y catalogando como irregularidades
lo que no son nada más que inofensivas prácticas contables socialistas. Por
último, en los niveles superiores, te darás cuenta de que Sevillagrad es el
coto de caza de la fascista Alaya. Tendrás mucho trabajo esquivando a sus
esbirros que, patrullando por toda la ciudad, intentarán empapelarte con
notificaciones, citaciones, providencias, autos e imputaciones varias. Acabar
en sus dominios con una imputación a cuestas supone el final de la partida, sin
importar lo bien que lo hayas hecho hasta ese momento.
Finalmente, si superas todos los
niveles, serás elegido por aclamación nuevo jefazo del sindicato andalusí y, si
te muestras digno de ello, podrás sentarte a la izquierda del Gran Líder
Candidov y, entre mariscada y mariscada, trabajar juntos por la revolución
proletaria.
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